Autores
Unidad Estudios Biblioteca de Santiago
Resumen en español
En el año 2023 la Biblioteca de Santiago cumplió 18 años, la mayoría de edad y tal como una persona que pasa de la niñez a comenzar la adultez nos hicimos preguntas para crecer y proyectar el futuro.
Sin duda un año de descubrimiento y, que junto a mirarnos como espacio de escape y encuentro, nos planteamos también como un refugio y aquel lugar de la sociedad que se convierte en un punto de resistencia para el mundo que soñamos. Porque en la Biblioteca se escapa del ruido, la furia y se encuentra un refugio y un espacio para resistir, buscar sentidos y encontrarse con otras y otros. Somos donde tantas y tantos se cobijan cada día.
Nos enfocamos este año en comenzar a revisar a nuestras comunidades, saber quiénes son, cómo nos proyectamos con ellas, por qué vienen y por qué no vienen. Seguimos apostando por lo hibrido, recuperando al público presencial y manteniendo al que se conecta en línea. Y especialmente comenzamos un nuevo sueño de nuevos y mejores servicios, que generen esperanza en las personas, porque si bien vivimos en una época compleja, con generaciones impactadas por crisis económicas, revueltas sociales y pandemia el espacio de la biblioteca pública, sigue siendo el más democrático de la sociedad, el que puede educar y reeducar, donde las personas son sujetos de derecho y por lo que asumimos un compromiso político con la comunidad.
Escapamos a la Biblioteca desde una vida convulsionada y a ratos agitada, nos encontramos y formamos comunidades, nos refugiamos como lo hace un explorador en un espacio seguro. Y resistimos, sobre todo resistimos. Desde esa resistencia, propia del ser, es que la biblioteca vuelve a ser el ágora, la plaza pública, que fomenta la democracia, participación y la memoria para impulsarlas transformaciones sociales.
Marcela Valdés Rodríguez, marzo, 2024
Directora Biblioteca de Santiago
Sin duda un año de descubrimiento y, que junto a mirarnos como espacio de escape y encuentro, nos planteamos también como un refugio y aquel lugar de la sociedad que se convierte en un punto de resistencia para el mundo que soñamos. Porque en la Biblioteca se escapa del ruido, la furia y se encuentra un refugio y un espacio para resistir, buscar sentidos y encontrarse con otras y otros. Somos donde tantas y tantos se cobijan cada día.
Nos enfocamos este año en comenzar a revisar a nuestras comunidades, saber quiénes son, cómo nos proyectamos con ellas, por qué vienen y por qué no vienen. Seguimos apostando por lo hibrido, recuperando al público presencial y manteniendo al que se conecta en línea. Y especialmente comenzamos un nuevo sueño de nuevos y mejores servicios, que generen esperanza en las personas, porque si bien vivimos en una época compleja, con generaciones impactadas por crisis económicas, revueltas sociales y pandemia el espacio de la biblioteca pública, sigue siendo el más democrático de la sociedad, el que puede educar y reeducar, donde las personas son sujetos de derecho y por lo que asumimos un compromiso político con la comunidad.
Escapamos a la Biblioteca desde una vida convulsionada y a ratos agitada, nos encontramos y formamos comunidades, nos refugiamos como lo hace un explorador en un espacio seguro. Y resistimos, sobre todo resistimos. Desde esa resistencia, propia del ser, es que la biblioteca vuelve a ser el ágora, la plaza pública, que fomenta la democracia, participación y la memoria para impulsarlas transformaciones sociales.
Marcela Valdés Rodríguez, marzo, 2024
Directora Biblioteca de Santiago